domingo, marzo 06, 2022

El Diablo está en los detalles. Caballero Luna de Moench y Sienkiewicz (y II)

Qué malo es el ego cuando se mete por medio en decisiones editoriales. Sobre todo cuando nos impide contemplar cómo hubieran continuado ciertos personajes e historias bajo los designios de sus autores. Porque no por sabida deja de ser sorprendente la forma en la que Bill Sienkiewicz primero, y Doug Moench después, abandonan la colección del Caballero Luna en particular y Marvel en general.



Recapitulemos: en 1982 el editor en jefe Jim Shooter quería llevar a cabo un "Big Bang" con el que matar a las principales figuras de la editorial y sustituirlas con versiones modernizadas de los mismos; idea que se acabó llevando a cabo unos años después, aunque de manera menos traumática. Algunos guionistas del Bullpen marvelita se erigieron en armas contra Shooter por tener que liquidar fulminantemente a sus personajes, siendo Moench el más beligerante al escribir Thor, Shang-Chi y el Caballero Luna.

Ante la imposibilidad de que los editores adjuntos Ralph Macchio y Mark Gruenwald convencieran a Shooter, el guionista decidió abandonar Marvel tras ocho años de trabajo impecable. No fue el único, ya que cuando Sienkiewicz se enteró, siguió los pasos de Moench. Aunque el dibujante volvería a la compañía antes que su compañero, ya que al año siguiente se encargaría de los lápices de los Nuevos Mutantes, relevando a Sal Buscema.

La serie se quedaba así huérfana de este tándem insustituible. Durante páginas y páginas el lector era testigo de la evolución de uno a los guiones y el otro al dibujo, apuntalando, no sin titubeos, el contexto complejo del vigilante. Porque sí, el Caballero Luna es mucho más que "el Batman de Marvel" como suele reducirse al absurdo.



Sienkiewicz se despediría de la serie (Moench lo postergaría tres números más) en la que pulió su estilo personal de una manera maravillosa: cerrando la trama de Jack Russell, aka el Hombre Lobo, con dos páginas de esas que permanecen en la retina largo tiempo. Pura ambrosía.


No hay comentarios: