
Aprovechando este cambio de mentalidad,
voy a hacer un repaso de su carrera en la Casa de las Ideas,
prestando especial atención en las cabeceras que ha protagonizado.
Que no han sido pocas, pero tampoco han tenido una calidad muy
regular. ¡Es la hora de Wondy!
En 1986 se publicó su primer especial: 'Wonder Man', a secas. En él, David Michelinie, gran conocedor de los
Vengadores en las décadas de los 70 y 80 (fue guionista de Iron Man
y de la serie principal) quiso profundizar un poco en la figura de un
Simon Williams más perdido que nunca. Pudo ser una especie
de compensación al personaje, porque el mismo Michelinie fue el que
apartó al hombre iónico del equipo principal de Los Vengadores en
cuanto comenzó su andadura en esa serie.

La acción de este one-shot se centra
en Cordco, una empresa subsidiaria de Stark International, en la que
Wonder Man demuestra ser capaz de lidiar con cualquier problema de
manera más que convincente. No puede recordar sus conocimientos técnicos que le hicieron ser un afamado indutrial, pero no es el cachas tonto que todos piensan. Un paso importante para la consolidación
del superhéroe de parte de un escritor, Michelinie, criticado muchas
veces por obviar las relaciones entre los componentes del grupo en
beneficio de las grandes aventuras llenas de acción.
Después vendría un serial dentro de
la colección de Marvel Comics Presents, del #38 al 45 de la versión
original USA. Poco más que un test para ver cómo
responde el público a una posible serie del Vengador de poder
iónico. Y el experimento con La Encantadora como villana invitada
(una constante en su carrera) fue muy bien recibido por el fandom
marvelita.

En esta colección regular la idea
recurrente era que Wonder Man era algo así como “un héroe
accidental”. Que en ningún momento buscase en lo que se terminó convirtiendo, y que incluso ya siendo parte de supergrupos,
prefiriese dedicar sus energías a otras cosas antes que a soltar
mamporros en pos de la libertad. Incluso acabó abandonando sus responsabilidades como superhéroe en el #18. Es un personaje con mucha visibilidad y poder, pero lleno de inseguridades, dudas y fobias en su interior, a
la imagen y semejanza que Hollywood, la ciudad que termina
adoptándole.
Aquí entra en acción las mentes retorcidas de los guionistas, ya que, una vez que se iban despejando sus barreras mentales, el estallido de la Negabomba que mató a billones de Kree (en Operación Tormenta Galáctica) le dio un toque irregular a sus poderes. En ese momento iban y venían según lo enfadado que estuviera Simon, lo que se conoce como el “efecto Hulk”, vaya. Así, nació un matiz de Wonder Man que no se había visto antes: el Wondy salvaje, furioso por todo para poder conservar su poder. Este es el punto crucial en el que Williams se desata sumiéndose de lleno en la violencia por la violencia.
Dicho esto, volvamos a la serie: uno de
sus handicaps fue la gran cantidad de enemigos anodinos que poblaron sus
páginas: Abominatrix, Unión, Rampage, Angkor, Lotus, etc. Se suele
decir que un personaje es grande según cómo sean de grandes sus
némesis... y estas carecían del suficiente gancho. Seguramente, una de las razones por las que Wonder Man no terminó de
despegar. No es de extrañar que a estos enemigos apenas se les
volviera a ver en otros proyectos de la editorial.

La causa del final de su cabecera se
podría deber a esa manía de Marvel en los 90 de llevar a sus
personajes al extremo, a ser más oscuros y agresivos, a veces sin
ninguna lógica. Ni las apariciones de Los Vengadores en sus páginas
ni los tie-ins con Operación Tormenta Galáctica o La Guerra del
Infinito hicieron llamar la atención al gran público, cayendo en el
olvido muy fácilmente. Forum, por ejemplo, dejó sin publicar los
últimos 14 números, que aún hoy se mantienen inéditos. Y aunque
La Bestia, Spiderman y Hulk hicieron apariciones sorpresa en esas
páginas, no hay nadie tirándose de los pelos porque sigan sin
publicarse.
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