sábado, diciembre 19, 2015

Legendario Starlord (#1) de Humphries y Medina: Galaxia cercana

Aunque esté pensando en cambiar de nombre el blog, no os preocupéis, todavía seguiré hablando de los personajes que pueblan el universo Marvel. Y ninguno ha crecido exponencialmente tanto en los últimos años como Peter Quill, alias Starlord. La adaptación cinematográfica de Los Guardianes de la Galaxia provocó que todo el mundo reparase en ese aventurero que iba por libre buscándose la suerte como pudiese.

La actuación de Chris Pratt casó a las mil maravillas con la reinvención de Starlord que realizaron Andy Lanning y Dan Abnett aprovechando ese evento cósmico mastodóntico que fue Aniquilación (Annihilation en el original). En esas páginas, nos topamos con un personaje distinto al que conocimos en los 70. Quill se había quitado el polvo y se ganó el distinción de personaje revelación con su personalidad insolente como buen remedo de Han Solo que es. Sí, a nadie se le escapa que es una reproducción del papel de Harrison Ford muy bien traída.

Sam Humphries (Los Vengadores) fue el elegido para narrarnos las aventuras en solitario del Legendario Starlord. ¿Cumpliría las expectativas? ¿Haría una serie mediocre, recomendable sólo para los seguidores de los Guardianes? Pinchad en 'Leer más' para saberlo. Nunca fue tan fácil saber la respuesta.


Antes que nada, el contexto: Legendario Starlord es una serie secundaria, complementaria. Sus tramas podrían ser contadas sin problema en la serie regular de Los Guardianes de la Galaxia, esa misma que controla el capo Brian Michael Bendis. Por eso mismo, Humphries tiene que aprovechar los pocos resquicios que le dejen para hacer una trama atractiva y que aporte algo diferente.

Y aunque no sea una caída estrepitosa, el guionista fracasa bajo estas difíciles circunstancias. Su Quill carece del carisma desbordante que vemos en el trabajo de Lanning y Abnett o en la pelicula de James Gunn. Al no atreverse a jugar con todos los recursos humorísticos, rezuma en el ambiente de luchas intergalácticas, cierto grado de indiferencia. Reduciendo además el número de planetas visitados a los ya conocidos con anterioridad. Error. Starlord es -y debe ser- odísea espacial.

La intención de Humphries de centrarse en la vida íntima y familiar de nuestro antihéroe le hace cerrarse muchas puertas. En proyectos como este, con un multiverso a su disposición para 'jugar', es un fallo notorio el no utilizar la imaginación a la máxima potencia. Este empeño de focalizarse en los antecedentes se traslada también al ámbito de los villanos, rehusando crear nuevas némesis más allá de el Pelotón Carnicero. "Teniendo a Thanos, es inútil intentar superarlo", debió pensar.


Llama la atención la poca audacia de Humphries para hacer gags con la cultura de los 70 y 80. Seña de identidad clara de Starlord que, entre puñetazo y patada, gustaba de hacer referencia a cualquier tema de Michael Jackson. Esto, que puede parecer trivial en un primer momento, resulta indispensable para conseguir empatía con el lector/espectador. Sin ese arma, el personaje queda desdibujado en la tibieza siendo uno más.

Dónde sí triunfa -no iba a ser todo descalabro- es en el acoplamiento de dos personalidades tan distintas como las del protagonista y Kitty Pryde. Empeñada en relacionarse sentimentalmente con hombres llamados Peter, la mutante surge como un soplo de aire fresco en la colección. Es paradójico que con mayor presencia de ella, que todavía sale en más colecciones, los guiones se muestren más rápidos y creativos. En especial en el número #7 USA, utilizando una cita entre ambos para llenar de agilidad y brillo unas páginas que se devoran enseguida. Aunque tenga poderes de intagibilidad, la serie gana músculo con Pryde.


También, siguiendo la línea de fichajes femeninos, tenemos dos incorporaciones que favorecen el conjunto. Por un lado Lydia, el ordenador de a bordo de la nueva nave personal encargada de darle la réplica a nuestro nómada favorito. Y por el otro Victoria, la hija del antiguo emperador J-Son. Es decir, la hermanastra de Peter. Las tres ayudan a desenmascarar la imagen de caradura y mostrar su buen fondo. Síntoma de que es en los diálogos con intención y varias lecturas donde vemos nuestro dinero desembolsado.

En el otro lado de la moneda, el artístico, contamos con los lápices de Paco Medina y Freddie Williams II. Alternándose en los capítulos recogidos en este tomo, mantienen un nivel más que apropiado. El diseño de las naves y la narrativa a su alrededor, no defraudan cuando Peter pisa el acelerador. Aunque no sean nombres top de la industria, sus estilos están integrados al completo en lo que conocemos como Marvel way of life, cumpliendo con creces la misión.

En definitiva, Legendario Starlord es un pasatiempo aceptable pero intrascendente. Ante la enorme cantidad de oferta que hay actualmente, sería sorprendente encontrarlo en las listas de lo mejor del año. Recomendable sólo y únicamente a todos aquellos fans entusiastas de Los Guardianes de la Galaxia.


100% MARVEL: LEGENDARIO STARLORD #1

Guión: Sam Humphries
Dibujo: Paco Medina y Freddie Williams II
Entintado: Juan Vlasco y Paco Díaz
Edición original: Legendary Starlord #1-8 USA, Marvel (2014-2015)
Edición: Color, libro con solapas. 192 páginas, Panini
Precio: 17,95€
Página Web: Panini Cómics

2 comentarios:

Arion dijo...

Interesante post. Lo único que he leído de Star-Lord es su primera aparición a blanco y negro y un cómic ya bastante viejo con dibujo de Byrne. Por cierto, leí tu post sobre Star Wars, y me pareció muy bueno. Justo ahora acabo de escribir sobre la obra de Aaron and Cassaday en mi blog, así que te invito a que lo visites:

www.artbyarion.blogspot.com

Me encantaría que te sumes como seguidor a mi blog, y por supuesto, yo haré lo mismo. Y si además puedes dejarme algún comentario, te lo agradecería bastante.

Saludos.

Carlos de Antonio dijo...

Después de leer tus post, te pongo ahora mismo en la lista de Webs interesantes.

Seguiré atento a tus actualizaciones mientras me da envidia de que escribas tanto en inglés como en español. Ojalá me atreviera yo, jajajaj.

¡Un saludo y gracias por tu comentario, Arion!