martes, octubre 14, 2014

Némesis de Mark Millar y Steve McNiven

Una de las mejores decisiones que tomó Marvel la década pasada fue volver sobre la idea de una línea independiente alejada de los superhéroes tradicionales que todos conocemos.  La editorial ya tenía antes una línea similar, Epic Comics, con colecciones que tuvieron desigual fortuna. El nuevo sello se llamó Icon y su cartera de nombres estaba restringida únicamente a aquellos autores que ya se hubieran creado un nombre en la industria ya fuera por su talento o por su éxito en cómics superventas o ambos casos. Dichos autores no tienen que ceder los derechos de los personajes que crean pero como contraprestación no cobran por encargo y deben promocionar la serie con sus propios medios.

En este arriesgado panorama emerge Mark Millar, totalmente liberado de las ataduras que supone personajes con una historia de más de 5 décadas. Su primer disparo ya dio en la diana, con Kick-Ass sacudiendo todos los pilares del cómic mainstream. Como cabría esperar, las diabluras del escritor escocés no terminaron ahí y siguió sacando a relucir ideas jugosas en proyectos como Superior, Supercrooks o The Secret Service. Ya habrá tiempo de hablar de todas ellas, pero es el tiempo de hablar de su colaboración con Steve McNiven en otra miniserie de Icon: Némesis.
El planteamiento es bastante simple, pero como reconoce el propio Millar, pocos autores habían caído en hacer algo parecido. Némesis trata sobre Matthew Anderson, un remedo de Bruce Wayne / Tony Stark que en vez de utilizar todos sus recursos intelectuales, económicos y logísticos para hacer el bien, decide usarlos para sembrar el caos por todas las ciudades del planeta. Fácil de pillar, ¿verdad? De ahí que sólo necesite 4 números para desarrollar la trama de forma satisfactoria para todos; creadores y lector.

Tan implícito está que se juega con las antípodas de Batman, que McNiven tampoco se exprimió la cabeza para el diseño del protagonista de esta historia. El traje de Némesis es una copia del del Caballero Oscuro pero a la inversa, todo de blanco. El resultado queda un tanto soso pero por lo menos tiene la decencia de limarle los cuernos emblemáticos del superhéroe de DC. Eso sí, tener ese aspecto tan pulcro queda perfecto para un personaje tan frío, sanguinario y maníaco. Un traje que al final del día seguro que va a tener bastantes lamparones de sangre debidos a tanta actividad criminal.

El escenario de juego es Washington, escenario poco visto en las aventuras convencionales teniendo en cuenta que es la capital del país con más superhéroes por metro cuadrado. La razón no es otra que la intención de Némesis de dar caza a Blake Morrow, el jefe de policía más laureado de todo Estados Unidos. Es una elección bastante apropiada para que McNiven haga de las suyas, la velocidad en autopistas está más que servida.

Millar, como es habitual, opta por comenzar la narración In media res, yendo sin reparos a la chicha del asunto. A nadie se le escapa que, en lo que está más interesado, es en crear imágenes impactantes a través de la acción originada por sus personajes carismáticos. Es una de las cosas que más se le echan en cara al escritor aunque no le reste nada de legitimidad a su decisión de llevar así la serie. El lector está ya más que acostumbrado a rellenar los huecos argumentales en su cabeza, lo que le deja a disposición del guionista para disfrutar como un enano de todo los fuegos artificiales que le tiene preparados.

El dibujo de Steve McNiven es sencillamente espectacular, dispuesto a poner todo de su parte para que las explosiones y escenas sangrientas de Millar impacten más que nunca. Como sabréis, no es la primera vez que Steve acepta trabajar con él, ya que hicieron juntos Viejo Logan (arco argumental de la serie de Lobezno que Panini volvió a reeditar en un tomo individual) y Civil War. El encontrarse en un proyecto alternativo como éste es un respiro para él, ya que disfruta dibujando mucho más de esta forma que con fechas de entrega acechándole en las sombras. Y si McNiven disfruta, nosotros lo hacemos el doble. Una situación win-win de manual, vaya.

Pero que no os cieguen tanta explosión y disparos, Némesis consigue trascender las barreras de un simple What if? y convertirse en un cómic de categoría mundial. Después de haberme tragado innumerables cómics llenos de elucubraciones ("¿qué hubiera pasado si..?") es fácil darse cuenta de que este proyecto tiene algo diferente.

Millar aprovecha ese estigma autoimpuesto de 'simplón' para ahondar en una idea concreta: esa suposición ingenua y casi infantil de que las personas que están en las altas esferas tienen buenas intenciones. Que estos individuos ostentan un cargo con mucho poder como consecuencia de años de buen servicio a la comunidad. Visto lo visto últimamente en el contexto sociopolítico español, parecería que la idea del escocés no fuera tan desencaminada.

Vale, la élite de este país no va pegando tiros ni explotando edificios pero tampoco es que utilicen todos sus recursos económicos para hacer el bien.


Un cómic que se disfruta mucho, para acabar con el análisis. Con mucho más que decir de lo que parece (y de lo que nos quieren vender algunos), haciendo que se te quede esa cara de pánfilo que acostumbras a poner siempre que terminas un cómic de Mark Millar. Hay que quererlo, nadie como Millar para que parezca normal lo que no lo es.

NÉMESIS

Guión: Mark Millar
Dibujo: Steve McNiven
Contiene: Nemesis #1-4 USA
Edición: Libro de tapa dura, 120 páginas
Precio: 14.95 €

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