jueves, julio 03, 2014

Mundo audiovisual: Marvel: Agentes de SHIELD

Hace casi dos meses terminó la primera temporada de una de las series llamadas a ser la revelación del año, Marvel: Agentes de SHIELD. Y después de haber visto todos y cada uno de sus 22 episodios, puedo afirmar que ha fracasado en su objetivo.

Pero no me malinterpretéis, Marvel: Agentes de SHIELD no es una mala producción. Sólo que no es la serie que en la cadena estadounidense ABC querían que fuese: acción espectacular y personajes paradigmáticos y carismáticos propios de las mejores películas de La Casa de las Ideas. En la otra cara de la moneda, la de los espectadores, se podía entrever cierta esperanza pero no a tan altas cotas. Sobre todo entre el fandom marvelita, que estuvo desconfiado desde el primer minuto.


Ojo, que ha estado apadrinado por el mismísimo Joss Whedon, reputado gurú de la televisión y los cómics, desde puestos de gran responsabilidad como son los de showrunner, productor, guionista y director (estas dos últimas sólo en el piloto).

Entonces, teniendo a gente competente que sabe lo que hace (Loeb y Quesada también eran productores ejecutivos) y apostando fuerte por ella, tanto en presupuesto como en confianza. ¿En qué ha fallado?

Creo que una de las claves de que no haya alcanzado las altas pretensiones que tenía la podemos encontrar en una de las declaraciones de Whedon: "será una serie que funcione además para esa gente que no ha visto las películas de Marvel". Esa intención de englobar a todo tipo de público es, a mi entender, lo que me ha lastrado.

Es curioso porque cuando más interés atraía era cuando la historia se enlazaba con aquellas películas que se estrenasen a la vez en la pantalla grande. Los cruces con Thor 2: El Mundo Oscuro fueron de menos a más, llegando a contar incluso con una de sus protagonistas (la estupenda y minusvalorada Sif/Jaimie Alexander) en una curiosa subtrama con la encantadora, literal y figuradamente, Lorelei.

Pero es en el tie-in con Capitán América 2: El Soldado de Invierno con el que ya se destapa la caja de Pandora. Todas las tramas, ya fuesen principales o secundarias, que se plantaron desde el comienzo acabaron confluyendo, que digo confluyendo, ¡colisionando! Sin un momento de relax, los guionistas fueron encadenando escenas de tensión con momentazos hasta un desenlace más que digno.

Entonces, si los mejores capítulos con diferencia son los últimos, ¿por qué perdieron 2 millones de espectadores en relación a los primeros? La solución sigue estando en las ganas de saciar a los espectadores medios y en el fallo de percepción de lo que quieren. Porque la mayor parte del peso argumental recae sobre unos personajes sumamente estereotipados: los nerds inteligentes (Fitz-Simmons) pero poco habilidosos en combate que luego acaban siendo clave, el macizo duro (Ward) que en su interior tiene sentimientos, la outsider novata (Skye) que se dedica a reírse de todo el mundo y la extranjera (May), que está más para dar leñazos que para recitar a Shakespeare.

Es evidente que no explorar en la profundidad de unos personajes ya vistos en otras tantas películas y series, 45 minutos durante 22 capítulos acabó cansando a gran parte de la audiencia. Por eso es una pena que, los que abandonaron el barco durante la sangría de espectadores, no hayan visto el entretenidísimo desenlace.

Este último punto creo que es el que ha inclinado la balanza a favor de la renovación, que no estaba del todo asegurada, ni mucho menos. Si saben aprovechar el nuevo punto de partida, bastante más interesante que en el origen, y son capaces de mostrar matices diferentes de los personajes, todo indica a que en la segunda temporada pueden poner el listón todavía más alto y deslumbrar.


2 comentarios:

IvánN Díaz dijo...

La tengo aparcada en el capítulo 9 (me parece)... espero terminar de verla este verano.

Carlos de Antonio dijo...

Pues para verla en verano, ocioso y sin mucho más que hacer, funciona bien. Sino, diría que buscases un resumen y fueras directamente a los seis últimos sin ningún remordimiento.